
Salgo y me encuentro con las luces.​
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Ahora el agua brilla: cientos de medusas danzan, elegantes, alrededor de mi barco. Un espectáculo hermoso. Raro, sí, pero hermoso.
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Caigo en la cuenta de que perdí toda noción del tiempo. No sé hace cuánto salí del puerto. Por suerte tengo mi cuaderno.
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Releo la carta. ​
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Miro la danza de las luces.
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¿Habrá mi tío... entrado al agua? Te abrazo desde el río, escribió. Siempre quise vivir en el agua.
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Lo extraño. Lo extraño de verdad. ¿Estará ahí? Y si está... ¿Estará feliz?
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¡Qué cosa la duda! ¡Y qué danza hermosa, la de las medusas libres!
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No estoy seguro de lo que hago. Escribo, tembloroso, en mi cuaderno.
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Busco la soga y el salvavidas naranja. Si voy a salir, quiero estar seguro de poder volver.
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Voy a meterme en el agua.
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Voy a meterme en la noche.
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Dejo el cuaderno en el barco:
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aquí terminan mis notas.
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